Toronto 2011

miércoles, 14 de septiembre de 2011

 .


Y todo esto quedará como un recuerdo.



Y gracias, gracias por


estas 3 semanas, esas 5 horas bajando por Yonge St. y que no se acaba, ¡que no se acaba!, por los ratones de la Neill-Wycik, los intentos de comer sano, acabar probando todos los restaurantes de fast food con que nos encontrábamos, por recorrer Chinatown en busca de souvenirs baratos, por los 8 kilos de arroz, por las Oreo doradas, por las tortillas de patata, por sobrevivir al diluvio universal, por comprar hot dogs en cada carrito de las esquinas, porque St. Lawrence's Market era más pequeño de lo esperado, por pedir Fanta y que te sirvan Vodka, por las pizzas que se derritieron en el horno y acabaron como puré, por ver atardecer desde el puerto, por el intento de ir al concierto de Ke$ha, por la no-excursión a Algonquin Park, por los paseos inútiles por Little Italy y Korea Town, por las noches en Madison, por el día en Mississauga, por las Fantas de sabores, por quedarnos dormidos en cualquier parque y en el metro, porque Fort York es un must, por las decepciones de Lara, por la fiesta de cumpleaños de Natalie, por las cataratas del Niágara, por los chubasqueros de plástico, por “hacer un Lara”, “hacer un JoseLu”, “hacer un Gonzalo”, “hacer un Cristina”, por el recorrido en el Maid of the Mist, por ver los fuegos artificiales sobre las cataratas, por el Weekly Pass, por el tranvía, por los monólogos sin gracia de College 414, por la planta 4ª del Royal Ontario Museum, por subir a la CN Tower, por el City Pass, por recorrer en bici las Toronto Islands al más puro estilo “Verano azul”, por ver el skyline de Toronto mientras anochecía, por ver cómo se follaba con ropa en los bares del barrio gay, por la audioguía de Casa Loma, por experimentar con pelos en el Museo de la Ciencia, por el viaje a French Canada, por las risas de la Xuxa mientras intentábamos dormir, por las jodidas cuestas de Quebec, por desayunar en un McDonald's, por la piscina del hotel, por la lluvia y el desayuno delicatessen de Montreal, por la media hora de espera para subir a la torre del parlamento de Ottawa, por el ferry de las Thousand Islands, por el “increíble” zoo, por el Dollarama, por el paseo nocturno en High Park contando historias tétricas, por la Boat Party, por el musical de Billy Elliot, por estar en el nivel avanzado de Hansa, por los japoneses, por conseguir nuestro certificado y no ir a clase el último día, por las camisetas del Kensington market, por el Outlet, por la última noche firmando banderas, por ayudarme cuando me cancelaron los vuelos...


Por muchas, muchas cosas...


A los que estuvieron desde casi el primer día, Clara, Cristina, Uxia, Pipo, Jordi, José Luis, Cati, Lara, Xavi, Manel, Miguel, Carlos, Noemí.

Y para los que llegaron después, Damián, Inés, Carla, Sandra, Pili, Ana, Ramón, Pablo, Carlos, Masa, Naoto.



De nuevo,

Chicos, gracias por todo.
Volveremos a vernos,
en algún momento,
en algún lugar.



=)