Un año más, un año menos

jueves, 29 de diciembre de 2011
.

Mañana es sinónimo de un día menos. Ayer es el recuerdo de lo que fue y ya no será. Y el hoy es tan efímero que lo único que puedes hacer es poner todos tus sentidos para guardar en la memoria un tiempo que automáticamente se convertirá en pasado.

Porque la vida es ver como en un abrir y cerrar de ojos el ahora se convierte en antes, y el después en ahora, para sucesivamente ir dejando todo atrás. Nos enfrentamos al tic-tac del reloj conscientes de que estamos indefensos ante él, y aún así nos empeñamos en cargar a nuestra espalda el dolor que supone un tiempo que se nos va, un libro que nunca tendrá segunda parte o un punto y final que estamos obligados a escribir.

Y poco a poco olvidamos que, por mucho que lo intentemos, es imposible volver al pasado o cambiar el sentido de las agujas del reloj, borrar los errores que cometimos o revivir un momento en el que nos gustaría habernos quedado para siempre… dejando escapar gran parte de nuestra vida buscando la manera de congelar el presente.

Dejemos huella para aquellos que vengan, para que tracen una línea nueva y nuestro punto y final se convierta en un punto y seguido. Para que cada vez que abramos el álbum de nuestra memoria nos sintamos orgullosos de lo que hemos hecho. Para poder decir algún día que sentimos nostalgia por cada una de las sonrisas que hemos exprimido a lo largo de la vida.

Porque lo importante no es el pudo haber sido y nunca fue, sino el puede ser, y seguro que así será.


domingo, 11 de diciembre de 2011
.
 
Si me preguntaran que cual es la persona más cabrona que he conocido diría que fuiste tú. Pero claro que recuperaría todos los momentos, todas las fotos perdidas, todos los mensajes y las llamadas, todas las tonterías, cada fiesta, los primeros días, los últimos e incluso los malos momentos... y sólo quitaría el final, ese final silencioso, con ese mal rollo en el aire o con las últimas miradas de enfado.

Sí, lo sé, fueron momentos muy bonitos e importantes para ambos, pero también lo he llegado a pasar realmente mal por alguien que me acabó demostrando que no merecía del todo la pena y que no pensaba cambiar ni siquiera un poco por mí. Y ya es hora de pasar página, y esta vez sin ti y sin el miedo de manchar de nuevo el papel.

Echarte de menos no entraba en mis planes, pero hasta hace poco todavía ha habido días en los que lo único que me llenaba eran tus recuerdos y me alegraba unos instantes. Y supongo que dentro de un tiempo, cuando ya hayamos perdido todo contacto y vuelva a pensar en ti, me preguntaré si habrás cambiado... pero me quedaré con la duda.

Pensé que todo sería diferente, creía en ti, creía en mí, aunque ya veo que me equivoqué. Pero ¿sabes? no me arrepiento de nada, actué como sentía que debía hacerlo y por lo menos lo intenté.

No te espero ni te esperaré, pero los momentos no se olvidan tan fácilmente, y a las personas menos.



Speak on it, boy.

domingo, 4 de diciembre de 2011


 .
It's like you're screaming and no one can hear. You almost feel ashamed... that someone could be that important, that without them you feel like nothing. No one will ever understand how much it hurts. You feel hopeless, like nothing can save you. And when it’s over and it’s gone, you almost wish you could have all that bad stuff back, so you could have the good.

I don't know if you know what's going on with me, but the last couple of months have kinda been like a rollercoaster. There has been a lot of ups and a lot of downs, but I think, ultimately, at the end of the day, that's what makes you who you are.

And I also think, ultimately, we all know how to laugh, we know how to cry, we know how to be held tight, we know how to love back, we all know heartbreak. But the world keeps moving and we keep moving with it and everything we experience makes us realize how beautiful life really is.